
Claros espirituales que nunca desaparecen y se entremezclan en el ser de aquel que decide conocerle,
Dejando a un lado lo carnal y resaltando con ello lo primario del valor espiritual que en él yace y donde los valores y sentimientos más profundos nacen, perfilándose en la mente y el alma, cuan espejismos en la soledad, he ahí donde lo espiritual sobresale de lo corpóreo y habitual.
Aivane
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